Don Juan Rafael Araya Monge ingresó a laborar al Instituto en Enero de 1965. Tuvo la suerte de vincularse con el área técnica, lo cual le permitió ser reconocido dentro del gremio y ante los clientes, como un experto en temas tales como los seguros de Carga, Responsabilidad Civil, Equipo de Contratistas, Riesgo Nombrado, Calderas y Riesgos del Trabajo. No fue casualidad que cuando decidió convertirse en agente de seguros, diez años después, tuviera un gran éxito como vendedor.

Durante las vacaciones de mi niñez, acompañaba a mi padre a visitar clientes. Yo era testigo en primera persona de su estilo propio de vender, servir y atender a sus clientes: siempre respetuoso, siempre meticuloso, siempre comprometido. Al igual que en 1975, hoy Papá sigue siendo un hombre intachable, honesto, transparente. Y el esfuerzo que hacemos en la oficina es precisamente para mantener dichos valores, como nuestro norte ético. Porque mi nombre, es el suyo.

Por lo anterior es que muchas veces explico que pese a recibir mi licencia de agente desde 1995, tengo más de 30 años de experiencia, pues crecí en una casa en donde era cotidiano escuchar palabras como deducible, cobertura, riesgo nombrado, primer riesgo y prima (y yo sabía que no era la hija de mi tía…).

De mi padre puedo hablar mucho. Pero no es necesario. Porque mi deber es redimirlo con mi esfuerzo y mi trabajo.